"Hay jóvenes valiosos que pueden transformar el mundo en que vivimos"
04 de Julio de 2014
 
Religiosa de la Congregación Hermanas de la Consolación renovó sus votos el 3 de julio pasado, en una emotiva celebración eucarística, en la capilla del Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez

Durante une emotiva eucaristía, en la capilla del Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez, el jueves 3 de julio pasado, la Hermana Romina Graneros Gerez renovó sus votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. La Misa fue presidida por el Padre Cristóbal Fones s.j., y en ella participaron el rector del establecimiento, Luis Gianelli; la superiora de la comunidad, Hna. Mirza Bravo; La Hna. Vanina Petrela, Consejera Provincial de Buenos Aires; profesores y alumnos del establecimiento, especialmente quienes trabajan en pastoral y como voluntarios.

A continuación presentamos una entrevista realizada a la Hermana Romina Graneros por la alumna Camila Valdebenito, de Tercero Medio B, quien participó en el Taller de Comunicaciones y Periodismo, organizado por el Área de Comunicaciones de la Administración Central de la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino.

Visión de la Hermana Romina Graneros de la juventud de hoy:

"Hay jóvenes muy valiosos que pueden transformar el mundo en el que vivimos."

Por Camila Valdebenito

La Hermana Romina nace con lo que llamamos "la búsqueda de saber lo que soy". Oriunda de la ciudad de Concepción, Argentina. Su familia está compuesta por su Padre llamado Juan, su madre Rosa, y dos hermanos mayores: Rodolfo y Mario.

En marzo del 2007 comenzó el camino del postulantado. Llega a Chile en febrero del año 2008 comenzando el camino del noviciado a los 26 años. Y el 3 de julio del 2010 inició su camino como religiosa de las "Hermanas de nuestra Señora de la Consolación" .Ya vistiendo el hábito y profesando los votos,  arriba en febrero del 2012 al Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez. Sobre su relación y cercanía con Dios y de su experiencia como profesora, y especialmente de la visión que tiene de los jóvenes de hoy, conversamos con la Hermana Romina.

¿Qué puede decir de la juventud de del hoy, en especial de los alumnos y alumnas y del CEMLAP?

Yo creo que los jóvenes hoy viven primero que nada un poco estigmatizados o el hecho de sentirse ya marcados por una cultura. Sin embargo a mí me ha tocado la experiencia de poder trabajar con ellos y descubrir que cuando ustedes buscan son capaces de sacar a luz lo mejor de ustedes y no quedarse quizás con una etiqueta o un rótulo de por el hecho de ser de una población de Santiago concreta o por ser de este sector o de un colegio determinado; no quedarse con eso si no sentirse realmente protagonistas de sus propias historias y de ser capaces de reconocer también que tienen muchos valores. En general, yo siento que tanto la juventud y todas las personas nos quedamos con lo negativo, y está la fuerza del cambio de los jóvenes, de poder mirar también lo positivo. En mi rol de educadora tengo que mostrar a estos jóvenes lo mucho de bueno, de positivo, que hay en ellos. Yo creo que si los jóvenes tuvieran todas las oportunidades de detenerse a mirar lo positivo, estimo que sería un (se detiene a pensar la palabra) entusiasmo o un resurgimiento de unos jóvenes que estas llenos de valores.

¿Qué ve usted en la juventud de hoy?

Lo primero los jóvenes tienen muchas esperanzas y muchos sueños, sueños de ser mejores y de también de vivir en una sociedad mejor. Yo siento que está ese impulso... pero lo veo en pocos, ojalá fuesen muchos más. Veo también, en ustedes los jóvenes, mucho el valor de la solidaridad, el querer compartir. Sentir que quizás no tenemos mucho pero que de lo poco que tenemos podemos compartir con otros, con los que tienen menos y eso yo lo veo mucho. Otro valor que veo es el amor por la justicia y que ustedes luchan por lo que es justo. Son capaces de levantar banderas, por decir así decirlo, cuando hay algo que no es justo. Yo encuentro que hay muchas cosas buenas y positivas que es necesario que nosotros como adultos seamos capaces de encontrar y reconocerlas. Hay jóvenes muy valiosos que pueden transformar el mundo en el que vivimos.

¿Cuáles son los valores que se deben inculcar y enseñar a los jóvenes de hoy?

La perseverancia, de no decaer, a veces por los fracasos y de no quedarse en el fracaso y cómo levantarse de eso que no fue tan lindo, de lo que no fue tan bueno y que no salió tan bien y poder mirar el futuro con optimismo, y no darse por vencido con lo mínimo de algo que no salió bien y de cómo podemos hacer para que salga bien. Inculcar valores de la justicia, solidaridad, el compartir, la generosidad, la paz, el diálogo, la comprensión y sobre todo la perseverancia pues muchas cosas son resultado de un proceso, muchas cosas necesitan mucho esfuerzo y dedicación y eso da frutos. Y eso es importante mostrarles a los chicos.

¿Qué es lo que más le gusta de los jóvenes de hoy y del CEMLAP?

La vitalidad que tienen los jóvenes, su entusiasmo. Son capaces de movilizarse por un bien común. Los jóvenes que son capaces de dedicar su tiempo por otros, quizás dejan de hacer otra actividad que es más entretenida, eso es valioso, especialmente cuando se sabe que por medio hay una persona que necesita ayuda. Esto mismo que ha ido creciendo con el tiempo que es el voluntariado, que como bien lo dice su nombre, es entrega voluntaria, de entregar tiempo, de sumarse a una campaña. Creo que ese entusiasmo que veo en ustedes a mí me invita a seguir también. Jóvenes que se comprometen y lo cumplen.

Por ultimo ¿Algún mensaje para los jóvenes de Hoy?

Mi mensaje es una invitación a descubrirse como un verdadero regalos de Dios, cada uno de ustedes; que cada uno son un hermoso regalo tanto para nosotros, como para sus familias y sus amigos, y que seamos capaces de descubrir los dones que tenemos, los talentos, las cualidades, las virtudes y no quedarnos quizás solo en lo negativo o en lo que no nos sale bien. Y potenciar lo que tenemos y ser capaces de ser protagonistas de la construcción de esta historia, y no ser solo el futuro y ser los constructores de la historia hoy.

RECUADRO

¿Por qué eligió la vocación de ser religiosa?

Cuando yo empecé... a transitar por lo que es la adolescencia, era muy cercana a participar en las cosas de la iglesia y de Dios, y después, como todo adolecente, me aparte. Luego mis ganas de participar volvieron con más más fuerza y al terminar la enseñanza media tuve la opción de empezar o no mi camino de consagrarme, y como que yo sentía que no estaba preparada, que era algo que yo me estaba inventando, así que opté por estudiar una carrera profesional, como profesora, que es lo que más me gustas hacer. En simultáneo empecé a formarme para trabajar con jóvenes, tanto académicamente pero a nivel pastoral también. Este trabajo con los jóvenes fue haciendo más fuerte este llamado de Dios y poder servir al prójimo. En la vocación religiosa hay un algo interior que no puedes explicar con palabras que es como... algo que te impulsa a vivir de otra manera, como una entrega más completa, como un compromiso que asume de un entrega más total, de estar más al servicio de Dios.

¿Cuándo sintió que fue su primer encuentro con Dios?

Cuando comencé mi formación nos llevan a ese recorrido de mirar nuestro camino, nuestra vida, mirar nuestro pasado y poder encontrar esas experiencias fundantes cuando fueron esos encuentros con Dios que a mí me fueron marcando, que fueron dándome a mi esas pistas que realmente fue una llamada de Dios, que es como poco explicable con palabras, es una llamada o una invitación que uno va a experimentando en el interior. Yo lo situó en un encuentro en que participé a mis 14 años. Fue como así bien fuerte...después como que yo creí que no...que era un invento mío en realidad. A los 18 años como que vino de nuevo pero no, tome otro camino: lo profesional, y después ya a los 22, 23 años ya empecé a inquietarme a cuestionarme. En ese tiempo viví unas experiencias de participar en encuentros de poder dialogar con algunas personas y ahí conocí el carisma de Consolación y ahí fue que tome esa opción a través de una persona con la que conversaba mucho. Así puede hacer un camino de discernimiento, de tener luces para entender si esto era un llamado de Dios o eran inventos de mi cabeza. 

Fuente:Comunicaciones SECST y Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez



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